lunes, 22 de octubre de 2012

UN BUEN RECUERDO: LA CARA Y LA CRUZ

Este mes de octubre llevo unos días acordándome de una entrevista que me hicieron hace ya cuatro años, para mi es un buen recuerdo, de hecho para mi es entrañable recordar cómo conocí a la periodista, María Ábalo, en la presentación en el Colegio de Psicólogos de Madrid, del libro publicado por Salvat, titulado "El Reto de Ser Padres", allí nos conocimos, charlamos, le expliqué cómo yo me sentía como una moneda, la cara para mis padres y la cruz para mi madre de nacimiento, parece que le interesó lo que le decía, tanto que y nos emplazamos para vernos a los pocos días  en una terraza en el Parque del Retiro. Era una tarde soleada y disfrutamos de una la larga conversación, estuvimos hablando casi durante 3 horas. Esa larga y agradable conversación dio como resultado el reportage que se publicó, precisamente en octubre en la revista www.elbebe.com,  a la que se puede acceder a través del siguiente enlace:

http://www.elbebe.com/adopcion/reportaje-sobre-adopcion-todos-hijos-adoptados-tienen-derecho-conocer-su-historia-y-origen-pag-1-3#comentarios

Además, he copiado y pegado aquí el texto íntegro del reportaje:


01/10/2008
*                             
*                            Hasta no hace muchos años hablar de adopción entre padres e hijos adoptivos era sinónimo de silencio. Los padres creían que informar sobre la verdad podía afectar al buen desarrollo de los hijos.
*                             
*                            Hoy, los estudios de psicología infantil demuestran que no revelar el origen del niño produce efectos perjudiciales en la persona y genera desconfianza e inseguridad entre padres e hijos.

María Abalo/elbebe.com

En España, desde que se aprobó la Ley de Adopción Internacional el 28 de diciembre de 2007, todos los hijos, incluso los concebidos mediante técnicas de reproducción asistida, tienen derecho a conocer sus orígenes biológicos a partir de la mayoría de edad. Un derecho que ya reconocía el Código Civil y que las Comunidades Autónomas recogían en sus respectivas legislaciones, ya que en materia de adopción las competencias están transferidas. Sin embargo, la realidad es otra ya que para muchos hijos adoptados su historia y su origen familiar todavía son como una hoja en blanco.

La adopción. La cara y la cruz de una madre adoptada

Beatriz (Madrid, 1971), nuestra madre protagonista, fue un regalo del cielo para sus padres. Su infancia transcurrió dentro de la normalidad como la de cualquier niño, feliz y sin demasiadas complicaciones, pasando por las etapas propias de la vida: infancia, adolescencia, madurez... Sus padres adoptivos le brindaron todo el amor, comprensión y cuidado desde sus primeras horas de vida, y así ha sido hasta hoy. Sin embargo, no hablar de su adopción como algo natural la condujo, años más tarde, a hacerse muchas preguntas en silencio.

A finales de los años 70, la adopción era un hecho casi privado, sin notoriedad pública, reservado a la familia y a un grupo reducido de amigos. Nadie preguntaba nada, ni nadie daba explicaciones. En aquel momento se protegía más la voluntad de los padres que el derecho a la información de los hijos. Además, los padres adoptivos vivían con un temor acérrimo a que su entorno los estigmatizara por sus problemas de esterilidad o que en algún momento sus hijos le espetasen eso de “quiero saber algo de mi familia de origen” o años más tarde aquello de “cállate, tu no eres mi padre”. Según Felipe Marín, Psicólogo Psicoanalista del Centro Th. Reik, algunas de las razones por las que los padres temen hablar de la adopción son pudor, falta de preparación o limitaciones a la hora de expresar sus sentimientos.

En el caso de Beatriz llegó un momento en que no podía dejar de preguntarse por qué era tan diferente de sus padres. Y aunque había muchas similitudes fruto de la convivencia, también había bastantes diferencias. Hoy sabe lo que es ser madre, ya que tiene tres hijos. Y la única pieza de su historia que le faltaba por conocer, la ha conseguido encajar. Ha deshecho el nudo que llevaba dentro y reducir, si cabe, la distancia que la separaba de su familia producida por la ausencia de comunicación. Un silencio que ha mimetizado de sus padres y que, por extensión, también ha marcado su relación con sus hijos.

¿Qué ocurre cuándo descubre que es adoptada?

Beatriz necesitó saber quién era cuando fue algo mayor, alrededor de los treinta años, momento en que ya era madre de tres hijos, estaba felizmente casada y la relación con sus padres era buena. Conoció su condición de adoptada desde que tuvo uso de razón, alrededor de los siete u ocho años.
Desde pequeña fue una niña muy curiosa y sobre todo, muy observadora. El primer indicio de sus sospechas fue la diferencia de edad que la separaba de sus padres, ya que eran algo mayores a los de su generación de amigos. El segundo fue su condición de hija única. Su madre, aparte de cuidar a su padre y a ella como si fuesen familia numerosa, siempre manifestó su pesar por no tener más hijos, pero nunca le ofreció una explicación clara de por qué no podía tener descendencia. El tercero fue cuando encontró una fotografía de su madre en bañador y sin tripa un mes antes de su nacimiento. Y el último, estudiando los grupos sanguíneos en clases de biología, cuando tenía once o doce años. En ese momento se dio cuenta de que genéticamente era imposible que fuera hija biológica de sus padres.

Beatriz siempre tuvo dudas, pero no tenía certezas. Durante todo ese tiempo calló y no dijo nada. Hasta que llegó un día, con trece años, que le comentó a una amiga que creía que era adoptada y ella, para su sorpresa, le respondió- Anda, ¡pues claro!.

Muchos menores, al igual que Beatriz, sospechan de su condición de hijos adoptados desde temprana edad. Sin embargo, el temor de las familias a revelar la verdad sobre sus orígenes conduce a muchos de ellos a inhibir su capacidad de preguntar e inconscientemente frenan su curiosidad natural.“Una de las consecuencias de la ausencia de información es anular el deseo de conocer. Estas situaciones conducen a los hijos a pensar que saber resulta peligroso y que puede poner en peligro el amor que tienen los hijos por sus padres”, señalan Lila Parrondo y Juan Alonso Casalilla en el libro El reto de ser padres (Ed. Salvat).

¿Cómo reacciona al saber que es adoptada?

Los expertos en adopción consideran que desconocer nuestros orígenes puede llegar a afectar nuestra salud emocional, nuestra forma de relacionarnos con los demás y en definitiva, condicionar nuestra felicidad personal.

En el caso de Beatriz, su madre le confesó que era adoptada tiempo más tarde, sin embargo madre e hija nunca profundizaron en el tema. “En el fondo lo que más temen los padres adoptivos son los reproches de sus hijos a que no los consideren padres al uso”, explica Beatriz. Pero reconoce que sus padres, lejos de mermar su autoestima, siempre le imprimieron carácter positivo y le hicieron tener buena consideración de sí misma, sentirse alguien feliz y afortunada. “Han pasado muchas cosas, pero en ningún momento he sentido rechazo. Me he sentido silenciada, pero no engañada u ocultada”, considera.

La relación con sus padres siguió dentro de los cauces de la normalidad. Supo que ellos querían hablar con ella mucho antes, pero fueron pasando los años y no fueron capaces. “Mis padres lo han hecho todo bien, solo una cosa que no han hecho ni siquiera mal, que es hablar. Esto es por miedo, por precaución, llámalo como quieras. Las cosas, al final, se tienen que resolver y los silencios, sean conscientes o inconscientes, sean secretos o por simple omisión, se tienen que romper”, señala Beatriz.

Pasados los treinta años, días antes de casarse por el juzgado, solicitó la partida de nacimiento y se encontró con todos sus datos de filiación, incluidos el nombre y apellidos de su madre de nacimiento, tal y como ella prefiere denominarla.

Hasta aquel momento solo sabía que había nacido en un hospital de Madrid, que sus padres adoptivos la recogieron 24 horas después de su nacimiento y que días más tarde, regresaron a Bilbao.

Durante todo ese tiempo, Beatriz se había hecho una fantasía sobre su madre biológica. Pensaba que posiblemente era una chica jovencita que se había quedado embarazada de una violación o de un novio que no se quería hacer cargo de ella y que, por creencias o motivos económicos, su familia la obligó a dar a luz y entregar a su hija en adopción.

Sin embargo, su sorpresa fue comprobar que no se trataba de una persona joven, como ella pensaba, sino de una mujer hecha y derecha de 29 años de edad. “En ese momento empecé a hacerme preguntas, ya no de quién era yo, sino de qué le pasó a esa mujer. Yo fui madre soltera y tuve un hijo con 19 años. Y encontré, de alguna forma, una línea de conexión y sentí la necesidad de decirle gracias por haberme dado la vida”, comenta Beatriz.

¿Para qué sirve el servicio de postadopción?

Beatriz estuvo cinco años dándole vueltas a qué hacer o no hacer, si decírselo a sus padres o seguir buscando más datos. Gracias a la legislación actual, muy diferente a la de la época en la que ella nació, Beatriz pudo hacer uso de los servicios postadopción que hoy existen.

Estos, además de evaluar a las familias para ver si son aptas o no aptas para adoptar, ofrecen ayuda a los padres y a los hijos, tanto para temas puntuales como para problemas a largo plazo en materia de adopción. Beatriz recurrió a uno de los dos centros que hay en Madrid y explica “con todo el mundo he podido hablar de la adopción, excepto con mis padres y mis hijos.

El psicólogo, después de unas cuantas sesiones de terapia, fue el que finalmente la apaciguó y la ayudó a encontrar el equilibrio entre su familia -esas tres piezas que, de alguna forma, integran sus padres, sus hijos y su madre de nacimiento- y sus conflictos internos. Beatriz necesitaba conocer sus orígenes, saber quién era y qué le había ocurrido a aquella mujer sin hacer daño a nadie.

El derecho a la información del hijo adoptado frente al derecho a la intimidad de los padres biológicos

Su mayor problema se debatía entre el derecho a la información y el derecho a la intimidad de su madre de nacimiento. “Yo tengo derecho a saber, pero ella tiene derecho a estar oculta”, comenta Beatriz. Sin embargo, después de analizar bien la situación y de recibir ayuda para comprender que estaba en su derecho, decidió llegar hasta el final. No había marcha atrás.

La terapia le hizo ver que quién sentía dolor era ella y que en sus manos estaba mejorar la relación con sus padres. “En realidad el esfuerzo grande ha sido decirle a mis padres todo lo que les tenía que decir. Primero, lo mucho que les quiero. Segundo, lo bien que lo han hecho, excepto una cosa que ni siquiera habían hecho, decirme que era adoptada y tercero, que había encontrado una información que llevaba cinco años sin darle importancia.” Pero de la misma forma que sabía que les iba a hacer daño, también sabía que les iba dar la solución, la cura a sus heridas. “Yo iba a seguir ahí. Soy el motivo de sus alegrías y sus penas, como lo hemos sido toda la vida. Lo hemos compartido todo: mi embarazo, mi boda, mi divorcio… y era fundamental que ellos me apoyaran en esta decisión”.

Después de pasar varias fases de entendimiento con sus padres, Beatriz les agradeció todo su apoyo y les ayudó a espantar el miedo al abandono que sienten muchos padres adoptivos cuando sus hijos les dicen que quieren conocer a sus padres biológicos. Esto ocurre por temor a perderlos. “En muchos casos, subyace el concepto de frustración por no haber tenido hijos y las limitaciones de los padres a la hora de expresar sus sentimientos. Quizás por falta de madurez, por pudor o por incapacidad.”, explica Felipe Marín, psicólogo del centro de Psicología Th. Reik.

Y lo más importante, les explicó que, a pesar de tener una vida fantástica, le faltaba algo muy importante: conocer su código genético. Necesitaba saber si podía sufrir alguna enfermedad y, en caso afirmativo, si podía afectar a sus hijos. Esta preocupación es recurrente en la mayoría de los hijos adoptados que desconocen su historial médico.

El encuentro con su madre de nacimiento

Beatriz consiguió contactar con su madre de nacimiento. “Ha sido lo más difícil que he hecho en mi vida. Curiosamente estaba muy nerviosa, pero no lo suficiente como para no poder explicarme. Al final quedamos en vernos.”, explica

Durante el encuentro hablaron y supo todo lo que necesitaba. No había antecedentes de ningún tipo de enfermedad genética, pero averiguó que su abuela materna había sido melliza, algo que podía afectar a su hija.

Hoy Beatriz se siente en paz porque el mayor frente que tenía a la hora de conocer sus orígenes biológicos eran sus padres. Su vida no ha cambiado mucho desde entonces. Sin embargo, ahora puede hablar de la adopción tanto con sus padres como con sus hijos.

Ahora su mayor reto es dar a conocer su historia y que su testimonio sirva de referente para muchas familias que viven situaciones familiares. “Me gustaría que todo el mundo fuese consciente de que no pasa nada por conocer tus orígenes, de que no hay peligro. De que más allá del abismo hay que tender un puente y unir presente, pasado y futuro. El futuro suele venir determinado no sólo por el presente, sino también por el pasado”, concluye esbozando una sonrisa Beatriz.

Reconozco que cada vez que lo leo me emociono, especialmente el final:

Me gustaría que todo el mundo fuese consciente de que no pasa nada por conocer tus orígenes, de que no hay peligro. De que más allá del abismo hay que tender un puente y unir presente, pasado y futuro. El futuro suele venir determinado no sólo por el presente, sino también por el pasado

martes, 16 de octubre de 2012

TUTORA DE RESILIENCIA

La semana pasada tuve ocasión de asistir a las IV Jornadas sobre Parentalidad Positiva organizadas por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

Ha sido la cuarta vez que he asisitido, la primera vez que se organizaron estaba yo cursando el Master sobre Necesidades y Derechos de la Infancia y la Adolescencia en la Universidad Autonoma de Madrid, y en aquella ocasión la directora del Master, Dña. Esperanza Ochaita, fue una de la ponentes, así que nos invitó y desde entonces he podido asistir a todas las convocatorias.

Siempre disfruto de las ponencias, de los ponentes, de los contenidos y de los aprendizajes.

Esta vez las Jornadas han sido algo más breves que en ocasiones anteriores y ha cambiado un poco el formato, no obstante ha sido una grata sorpresa que se celebrasen, confieso que el año pasado pensé que sería la úlitma ocasión, pero por suerte los recortes han dejado a salvo este evento.

Estas son algunas de las notas que tomé durante las sesiones, porque me hicieron reflexionar:

Durante la mesa redonda titulada "El ejercicio de la parentalidad positiva" en la que intervinieron Eusebio Megías, Director Técnico de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), Alfredo Oliva, Profesor Titular del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación. Universidad de Oviedo y Nora Rodriguez, Directora del Master de Especialista en Convivencia Escolar. Universidad de Barcelona, pude apuntar lo siguiente:

- "¿cómo perciben los padres a los adolescentes y los adolescentes a sus padres?
- de una imagen negativa sólo cabe esperar cosas malas
- para crecer hay que pasar por el rito
- existe una falta de reconocimiento mutuo entre padres e hijos, hay unos cambios que convierten a los hijos en protagonistas en un mundo digital

- ¿hay problemas por falta de límites?
- los problemas son por falta de comunicación, por falta de afecto, por falta de disponibilidad 
- los problemas no se quieren ver
- nos centramos en el ¿a qué hora llego a casa? y nos olvidamos del ¿qué hago hasta que llego?
- las nuevas tecnologías han cambiado conceptos como la intimidad y la amistad
- las nuevas tecnologías se usan de excusa para no intervenir

- los adolescentes realmente se parecen más a sus padres y a sus madres que a otros adolescentes

- hay límites que son negociables y otros son innegociables

- hay una tendencia a considerar "el hijo problema"
- lo que se quiere evitar irremediablemente se perpetua 

- todos participamos de una imagen, la de la representación social, parece que los niños vienen con problemas de serie

- ¿en qué lugar me coloco yo, desde mucho antes de la adolescencia?
- querer algo es diferente de tener derecho a algo
- estamos en un nudo de contradicciones absolutas
- no saber qué hacer: buscar criado o ponerse a servir
- el proceso de desvinculación emocional implica "desenamorarse" de los padres
- no saber cómo situarse, implica no saber objetivar la realidad

- la adolescencia pasa a ser importante cuando la sociedad la hace importante
- sí, es cierto que son más vulnerables a las adicciones desde un punto de vista neurofisiológico y social

- se considera el consumo como un signo de salud social, hay que consumir de todo MENOS DROGA!
- faltan estímulos / sobran estrategias articuladas

- HAZ ALGO POR OTRO / responsabilidad social a través del voluntariado

- PESE A TODO SE SOBREVIVE

- REAPRENDER LA FRUSTRACIÓN
- REIVINDICAR LAS VIRTUDES
- TRABAJAR LOS VALORES PROSOCIALES
- TRABAJAR LA DIMENSIÓN COLECTIVA DEL COMPROMISO, DE LA PROTESTA

- ayudar a ver al hijo real /  ojo! a los 7 años
- volver a lo evolutivo

- fomentar competencias y búsqueda de activos frente a destacar lo negativo y los errores

Durante la conferencia titulada "La resiliencia familiar" a cargo de Jorde Barudy, Psiquiatra, Director del Instituto de Formación e Investigación-Acción sobre consecuencias de la Violencia y la Promoción de la Resiliencia, una vez definida la resiliencia de forma genérica como la capacidad de superar las adversidades y salir reforzado, se explicó que esta resiliencia se tiene tanto de forma individual, cada uno de nosotros por nosotros mismos, como en forma de grupo, de forma que la familia es un grupo tendente a la resiliencia, que promueve la resiliencia de cada uno de sus miembros


- a pesar de la situación adversa la protección pesa más que el riesgo
- la calidad de las relaciones interpersonales es fundamental para el desarrollo de la actividad cerebral y por tanto para la mente y la personalidad
- la prevención del TDAH tiene que ver con los buenos tratos
- en el recién nacido no hay lenguaje pero sí hay comunicabilidad
- las relaciones interpersonales influyen en la organización del cerebro, son la génesis de los buenos tratos
- la capacidad de apego y empatía es muy vulnerable a los traumas no resueltos que limitan la empatía, así como las ideologías abusivas en la cultura
- la falta de oportunidades de adquirir habilidades de buen trato
- bloqueo o merma de competencias por estresores intrafamiliares y extrafamiliares como guerras, migraciones, crisis financiera
- RESILIENCIA SECUNDARIA: gracias al encuentro con tutores de resiliencia que permiten conocer el valor terapéutico del amor solidario, del reconocimiento de su condición de afectado y del respeto y el apoyo de sus recursos y sus capacidades, entre otras el humor y sus capacidades de ayudar a los demás
- no podemos evitar el viento pero podemos construir molinos
- hay que cuidar a la persona por ser persona, con independencia de su edad o su salud
- superado el modelo problemas nos centramos en el modelo personas
- lo gratis NO se valora
- hay que trabajar desde las circunstancias naturales y la escena cotidiana, sin intentar imponer las circuntancias ideales y olvidándose de la realidad diaria

Durante esta conferencia todos los presentes en la sala, unas cuatrocientas personas en su mayoría especialistas del ambito social, pscicólogos, trabajadores sociales, educadores, sociologos, abogados, mediadores familiares, en definitiva, todos habituados a trabajar con personas y grupos familiares a veces en situaciones de riesgo de exclusión social incluso en situaciones de conflicto social, fuimos nombrados TUTORES DE RESILIENCIA.


Personalmente me siento muy honrada de haber tomado conciencia de esa parte de mi trabajo, a partir de ahora lo voy a incluir en mi curriculum, definitivamente sí puedo decir que soy TUTORA DE RESILIENCIA, por eso el título de esta entrada. Indudaveblemente es como me siento, como una tutora de resiliencia, al tratar con las personas, al acompañarlas en sus dificultades, en sus dilemas y al comprobar cómo al final son capaces de resolver por si mismas sus situaciones, a veces aparentemente sencillas otras veces tremendamente complicadas, en todo caso haciendo uso de sus propias capacidades y recursos.

En la mesa redonda que se celebró a continuación titulada "Servicios de apoyo a la parentalidad positiva" tuvimos ocasión de conocer de primera mano varios proyectos que se estan llevando a cabo en diferentes luagares y con diferentes usuarios o destinatarios:

- desde Pamplona nos habló Fernando Fernandez, Jefe de Sección de Protección y Promoción del Menor. Dirección General de Familia, Infancia y Consumo de la Comunidad Foral de Navarra, nos explicó el "Programa especializado de intervención familiar (PEIF)", durante su ponencia pude escuchar a algunas personas sentadas cerca de mi expresiones de admiración incluso de envidia al saber cómo hay personas que trabajan de forma continua con las familias en su propio entorno, en algo más que meras visitas de inspección, sino para potenciar sus capacidades y superar las dificultadesy así disminuir las situaciones de riesgo, especialmente las que afectan a los menores y poder así garantizar la permanencia de la familia, la unidad, sin necesidad de recurrir a la separación forzosa de los menores.

- desde Aranda de Duero nos habló Elías Tristan, Coordinador de Servicios Sociales del Ayuntamiento de  Aranda de Duero (Burgos) que nos explicó el programa "Crecer felices en familia", que es un programa centrado en familias en las que hay menores de 0 a 5 años, que se desarrolla en diversos ayuntamientos de  la comunidad de Castilla León y que se centra en fomentar la capacidad de apego, vinvulación y empatía de los padres con sus hijos menores de 0-5 años, en la atención de sus necesidades, en la capacidad de detectar esas necesidades y la satisfacción de atenderlas.

Durante su ponencia además de compartir con nosotros el programa de intervención con las familias, puso de manifiesto dos asuntos que provocaron cierto movimiento en la audiencia:
-- por un lado explicó cómo la externalización de estos programas, mediante los correspondientes concursos, puede poner en riesgo el resultado de los mismos al ser de todos conocida la falta de permanencia de los distintos profesionales en las empresas o entidades sin ánimo de lucro que pueden resultar adjudicatarias de los concursos, de forma que dejó clara su opininión a cerca de la conveniencia de que estos programas sean facilitados desde arganismos públicos y más concretamente a cargo de sus funcionarios, que pueden garantizar en mayor medida el exito de las intervenciones entre otros motivos por su permanencia y consiguiente continuidad y seguimiento de las familias usuarias. Este punto en particular me parece que fue admitido y compartido por la mayoría de los asistentes
-- por otro lado cuestionó la convenciencia o necesidad de que los profesionales responsables de la implantación y ejecución de estos programas, en los que en definitiva se "enseña" a unas personas a ser padres, fuesen a su vez padres o madres, a parte por supuesto de su formación académica y teórica en ciencias sociales, donde sin duda alguna se adquieren los conocimientos adecuados, pero se pregunta si son suficientes, por su discurso dió a entender que él opinaba que sí que era conveniente que quien vaya a "enseñar a ser padre" lo sea anteiormente, de forma que pueda apreciar la diferencia entre lo aprendido y lo practicado y pueda adaptarse adecuadamente a la peculiaridad de cada caso. Este punto en particular parece que provocó cierto murmullo entre los asistentes, que no parecieron estar muy conformes con su opinión.

- desde Madrid nos habló Rosalia Portela, Directora de Obras Sociales Caritas Diocesana de Madrid, que nos explicó un programa de "Intervención con familias monoparentales" que despertó mucho interés y al menos un aplauso espontaneo en la audiencia, además de casi una obación a su conclusión, se trata de un proyecto muy singular de intervecnión casi individualizada con mujeres embarazadas, solas, sin apoyo familiar ni social, y sus bebés recien nacidos hasta los 6 meses, en el Hogar Santa Bárbara, un piso, en el centro de Madrid, donde conviven unas 12 mujeres y unos 9 bebés, donde se trabajan igualmente sus capacidades personales como mujeres y como madres, fomentando su autonomía, durante su ponencia hizo suyo el Título de Tutora de Resiliencia que anteriormente nos había otorgado Jorge Barudy y también contestó a Elias Tristan manifestando que en su opinión no era necesario ser padre o madre para "enseñar a ser padres", y que muestra de ello son las monjas que atienden personalmente el Hogar, destacando su capacidad de empatía y su dedicación, en definitiva ese amor solidario del que nos habíamos hecho titulares antes todos como tutores de resiliencia.

Por último, para concluir las IV Jornadas, la conferencia titulada "Parentallidad positiva y sentencias parentales en Inglaterra: el ejemplo del Centro de Delincencia Juvenil de Barking y Dagenham en Londres" a cargo de Dan Hales, Director del Grupo de Seguridad Comunitaria y Gestión de la Delincuencia, junto con Inés Valero, Edcadora de Padres, ambos del centro de referencia. Nos explicaron cómo es el Centro, donde está ubicado, quienes son sus usuarios, las diferencias entre los usuarios nativos y los extrangeros, la diferencia entre quienes esperan que el sistema se haga cargo de los menores porque ellos no pueden hacerse cargo, porque nunca se han responsabilizado, y los que se ven inmersos en el sistema porque sus referencias de origen son diferentes y se han visto superados sin ser capaces ni si quiera de detectarlo, porque su forma de responsablizarse es diferente. Sobre todo nos hablaron de casos concretos, de ejemplos prácticos de intervención con familias en los que o bién los padres nunca consideraron que sus hijos fuesen su responsabilidad y lo esperaban todo de fuera o bien los padres asumián su responsablidad pero de una forma discordante con el entorno en el que están conviviendo, que posiblemente en su lugar de origen fuese válido, pero no lo es en su lugar de residencia actual. Durante su presentación se pusieron de manifiesto grandes diferencias entre el sustema de justicia juvenil británico y el español, destacando la edad a partir de la cual un menor puede ser considerado penalmente responsable y en consecuencia juzgado y condenado, en UK esa edad está fijada en 10 años, lo que provocó cierto movimiento e inquietud entre la audiencia y sin embargo en España la edad de responsabilidad penal de los menores está fijada en 14 años, aunque constantemente se oyen voces que piden qe se reduzca. Lo má llamativo desde mi punto de vista fue la diferente respuesta, el diferente reproche social, de un sistema y otro, en ambos paises la justicia de menores trabaja para la reinserción y reeducación de los menores infractores, y los resultados en ambos casos son muy apreciables, dado el escaso, escasísimo, indice de reincidencia en ambos paises; la mayor diferencia está en el método y sobre todo en la responsabilidad y la implicación de los padres, en España la responsabilidad de los padres se "limita" a la respnsabilidad civil, es decir, a asumir el coste económico de la reparación o indemnización  de los daños ocasionados por sus hijos, y sin embargo, según nos explicaron, allí en UK hay unas sentencias parentales, que implican la intervención de los padres, en su mayoría madres, en la reeducación y resinserción de sus hijos, empezando porque a veces son ellos mismos los que necesitan ser educados en su parentalidad, de forma que cada uno ocupe y desempeñe adecuadamente el rol que le corresponde, teniendo en cuenta tanto su origen como su situación actual, de tener un menor con una medida judicial por estar en conflicto social, todo ello con el objetivo de que se hagan cargo de sus propias vidas y minimizando el riesgo de reincidencia.

Estas son mis anotaciones y comentarios sobre casi todo lo presentado durante las IV Jornadas sobre Parentalidad Posítiva, ha habido más, hemos podido saber y comparar algo sobre las Políticas de apoyo Parental en Europa y los resultados recogidos en el estudio llevado a cabo por la European Foundation for the Improvement of Living and Working Conditions (Eurofound), presentado por Daniel Molinuevo.

Y por supuesto hemos contado con la presencia inexcusable de Maria José Rodrigo, Catedrática de Psicología Evolutiva y de la Eduación, de la Universidad de La Laguna, que nos ha hablado sobre "Buenas prácticas profesionales para el apoyo a la parentalidad positiva" que hizo mucho hincapié en la conveniencia y necesidad, por parte de los profesionales que trabajan con personas y familias, de poner el foco sobre las capacidades antes que en las carencias, en las fortalezas antes que en las debilidades, en los factores de protección antes que en los factores de riesgo, en definitiva destacar y valorar lo bueno y lo positivo antes que sacar a relucir lo malo y lo negativo, de forma que se aliente la confianza y la esperenza frente al miedo y el rechazo de cualquier tipo de interveción con las familias, buscando y propiciando siempre un entorno de colaboración más que de imposición. Puso de manifiesto la imoportancia de las muestras, del tipo de familia con el que se trabaja, cómo los resultados de los programas varian sustancialmente si se limitan a las familias "necesitadas" o si se incluyen en los estudios a las familias "normalizadas".

Espero y confio que el próximo año se celebren las V Jornadas sobre Parentalidad Positiva, de igual modo espero poder acudir y disfrutarlas, para seguir aprendiendo y compartiendo.

martes, 2 de octubre de 2012

DESTINO O CASUALIDAD?

El sábado 29 de septiembre de 2012, me ha vuelto a pasar, y sinceramente, no sé cómo llamarlo, no sé si es destino o casualidad.

Yo soy de la opinión de que las cosas pasan cuando tienen que pasar, ni antes ni después, aunque te lo propongas, aunque lo intentes, si no tiene que ocurrir no ocurre y cuando menos te lo esperas, cuando ya no lo estas intentando, hasta el punto que casi te has olvidado de ello, sea lo que sea, de repente va y ocurre, por ejemplo conoces a una persona, haces un viaje, encuentras un trabajo, te despiden de un trabajo, se muere alguien, te quedas embarazada, tienes una enfermedad, te curas de esa enfermedad, descubres un secreto, pierdes  algo, tienes un accidente, apruebas un examen, encuentras "la casa", te casas, te separas....y así infinidad de cosas que en muchos casos caen fuera de nuestro control.

La cuestión es que me ha vuelto a ocurrir porque llevo meses con este enlace abierto en mi escritorio:
http://www.agapea.com/libros/Los-cambios-del-Derecho-de-Familia-en-Espana-1931-1981--9788484563143-i.htm,

Se trata de un libro que me interesa mucho, sobre todo porque trata la reforma del Código Civil español, posterior a la Constitución Española aprobada en 1978, que en su artículo 39.2 dice lo siguiente: ".....los hijos, iguales éstos ante la ley con independencia de su filiación...." , lo que póne de manifiesto, que hasta entonces los hijos sí que eran diferentes dependiendo de su filiación.

En consecuencia en 1981 se modificó el Código Civil, para hacer desaparecer las diferencias que hasta entonces existían entre los hijos dependiendo de su filiación, a saber:
  • los hijos legítimos, nacidos dentro de un matrimonio 
  • los hijos ilegítimos, los nacidos fuera de un matrimonio, con dos clases: 
    • los naturales, cuyos padres no estaban casados pero si querían se podían casar
    • los no naturales, cuyos padres no estaban casados ni se podían casar, por alguna de las siguientes circunstancias: 
      • porque estaban previamente casados, de forma que sus hijos eran adulterinos, en estos casos al menos uno de los progenitores, ya fuese la mujer o el hombre, o incluso los dos, según cual de ellos estiviese casado además había cometido un delito,  el aduterio, incluido como tal en el Código Penal, también hasta 1978  
      • porque eran parientes entre si, como por ejemplo hermano y hermana, padre-hija, madre-hijo, tío-sobrina, tía-sobrino, abuelo-nieta, por lo que sus hijos eran incestuosos, en estos casos, el incesto, no es un delito propiamente dicho, pero sí agrava las penas en casos de abusos o agresiones sexuales
      • porque estaban ordenados como religiosos o religiosas, sujetos a votos de castidad, en consecuencia sus hijos eran sacrílegos
Estas diferencias en función de la filiación tenían una consecuencias legales importantes, de forma que los hijos ilegítimos, no naturales, no tenían ningún derecho:
  • Ni a ser reconocidos.
  • Ni al apellido.
  • Ni a legítima sucesoria.
Al no poder ser reconocidos, es decir, inscritos en el Registro Civil como hijos de su padre o de su madre o de ambos, implicaba que no se podía establecer una filiación, es decir, eran hijos de nadie, no había filiación, en consecuencia no había nadie que fuese titular de la patria potestad y en consecuencia eran automáticamente adoptables.

A partir de 1981, estas diferencias de forma y de fondo desaparecen, se mantiene una diferencia formal, casi exclusivamente de lenguaje que se refiere a los hijos nacidos dentro de un matrominio como hijos "matrimoniales" y se refiere a los nacidos fuera de un matrominio como hijos "extramatromoniales", pero los derechos de todos los hijos son los mismos y las obligaciones de los padres y madres respecto a ellos son los mismos.

La desaparición de la clasificacion de los hijos según la filiación y la posterior equiparación e igualación de derechos entre todos los hijos, tanto los matrimoniales como los extramatrimoniales, con la consiguiente imposición de los mismos deberes y obligaciones para los padres y madres, estuvo precedida de los consiguientes debates parlamentarios, dignos de análisis y estudio, para comprobar cómo definitivamente se impuso una perspectiva "infantil" frente la la predominantemente visión "adulta" de los derechos, de forma que triunfaron los derechos de los niños, con independencia de las circunstancias de su concepción y filiación, frente a los derechos de los padres, en este caso, sí especialmente padres, del género masculino, que les mantenian a salvo de las consecuencias de sus actos, condenando a los hijos a estar sujetos al "capricho" de esos padres y en algunos caso, hasta los propios padres se veían privados de llevar a cabo su voluntad, por ejemplo al no poder reconocerlos como hijos. 

La cuestión es que estos asuntos, para mi tan interesantes y tan importantes, porque explican muchas situaciones de cómo algunos niños llegaban a ser separados de su familia de origen y terminaban siendo adoptados se tratan en un libro que llevo meses pendiente de buscar para comprar y ...oh destino o casualidad!!, el sábado acudí a la I Jornada sobre Familia de la Cátedra "Balbuena de la Rosa - Pérez-Alhama" y allí mismo, en la mesa de recepción de la Jornada, me estaba esperando el libro, y no sólo eso, sino que además de poder comprarlo, pude llevármelo dedicado por su autor, Elio A. Gallego García, que es el director de la Cátreda que organizó la Jornada.

En definitiva todo un lujo, poder asistir a la Jornada y encontrar no sólo el libro que llevaba meses pendiente de encontrar, sino también conocer a su autor. Además, por supuesto, de poder conocer y escuchar a todos los ponentes que por allí pasaron.

Será el destino o la casualidad....sólo el tiempo lo sabrá.